Entre la ambición política y las acusaciones por vínculos criminales
El actual aspirante a la alcaldía de Durango ha militado en cinco partidos diferentes en menos de dos décadas, mientras arrastra señalamientos por presuntas relaciones con el crimen organizado.
5/2/20251 min read


Durango, Dgo.— El doctor José Ramón Enríquez Herrera ha sido una figura visible en la política duranguense desde principios de los años 2000. Sin embargo, su carrera ha estado marcada no solo por los cargos que ha ocupado, sino también por una constante movilidad partidista y graves acusaciones por presuntos vínculos con grupos del crimen organizado.
Enríquez inició su trayectoria en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), del cual se separó para integrarse posteriormente al Partido de la Revolución Democrática (PRD). Tras ocupar cargos relevantes en la administración estatal, en 2016 ganó la presidencia municipal de Durango postulado por Movimiento Ciudadano. No obstante, a mitad de su mandato se unió al Partido Acción Nacional (PAN), y más adelante se incorporó a las filas de Morena, partido con el que ahora busca nuevamente la alcaldía.
Este historial ha despertado críticas de diversos sectores, que lo señalan como un político “sin proyecto colectivo”, guiado más por intereses personales que por una visión de Estado. Especialistas han calificado su comportamiento como “camaleónico” y carente de ideología clara.
A estos cuestionamientos se suman acusaciones más graves: en 2022, investigaciones periodísticas lo vincularon con el Cártel de Sinaloa. Reportes señalan que durante su gestión como alcalde, habría recibido financiamiento ilegal y permitido la colocación de perfiles recomendados por esta organización criminal dentro de la Dirección Municipal de Seguridad Pública. Aunque nunca se ha formalizado una investigación penal, los señalamientos persisten y han sido retomados por medios nacionales.
Mientras tanto, José Ramón Enríquez continúa su campaña rumbo a la alcaldía de Durango, bajo el estandarte de Morena, en un contexto político cada vez más polarizado y con una ciudadanía cada vez más exigente ante los antecedentes de quienes buscan el poder.